martes, 18 de octubre de 2011

1. Desde la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la creación de la Organización de Estados Americanos(OEA), el sistema interamericano para la promoción y defensa de los derechos humanos se ha desarrollado significativamente y, con la Organización que hoy integra a 35 Estados de las Américas y del Caribe, ha jugado un papel en la transición a la democracia y en favor de quienes han visto vulnerados sus derechos en distintos regímenes políticos. En la actualidad, la existencia de regímenes democráticos, el equilibrio e independencia de poderes o la vigencia del estado de derecho, no disminuye ni cambia, sino ratifica la responsabilidad del Estado con los derechos humanos. En la región se siguen cometiendo graves violaciones de derechos humanos y la impunidad persiste en la mayor parte de los países.

2. Constituye un logro continental la adopción, en 1969, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, posteriormente, de los otros cinco tratados regionales (relativos a áreas específicas de los derechos humanos) que conforman el sistema interamericano. Sin embargo, el compromiso de varios de los Estados miembros de la OEA es todavía relativo, pues no han cumplido con ratificar dichos instrumentos o no han reconocido aún la competencia de los órganos que éstos han creado. El primer paso para que el sistema interamericano se desarrolle debe ser la ratificación sin reserva alguna de los instrumentos del sistema, la aceptación de la jurisdicción de la Corte y la correspondiente adecuación de las legislaciones nacionales por parte de los Estados miembros de la OEA. 3. El compromiso de todos los Estados parte con los instrumentos legalmente vinculantes que la OEA ha adoptado debe expresarse en la responsabilidad de la Asamblea General de velar por que el sistema interamericano de derechos humanos no sea vulnerado. Deploramos profundamente las medidas adoptadas por algunos Estados miembros que contravienen la Convención Interamericana, especialmente en relación a la pena de muerte, a los estados de excepción y el debido proceso. En defensa del sistema interamericano, la Asamblea General debe protestar por las violaciones indicadas y exigir el cumplimiento de las obligaciones contraídas. Es en ese marco de respeto al sistema interamericano que debe discutirse la reforma.

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